
Parte I:
Hacía meses que no lo veía, desde nuestro último encuentro todo parecía tan lejano, como si en vez de meses hubieran pasado años. Creo que primero habría que relatar lo sucedido para ponerlos al tanto:
“Hacía dos años que salía con Leo, él era mi compañero de facultad, teníamos clases en común; al igual que intereses. Nuestro primer encuentro fue en la sala de anatomía para examinar partes del cuerpo humano. Desde mis 7 años que yo deseaba ser médica, a mis padres siempre les agradó la idea, ya que ser médico es muy bien visto en la sociedad. Pero no era por eso que yo quería seguir esa carrera. Mi propósito siempre fue estudiar medicina para poder luego ayudar.
Hasta ese entonces, era la única en mi clase que pensaba de esa manera, claro, todo cambió cuando apareció él. Leo tenía ojos marrones, su cabello poblado de bucles, labios carnosos que eran una tentación para toda mujer, incluso para mí. Alto y delgado, era el sueño para toda chica. Recuerdo cuando caminaba por la cafetería y se escuchaban a su pasar los suspiros de sus enamoradas.
Estaba concentrada en analizar las arterias de los brazos cuando siento que la silla frente a mí se corre y seguido de eso un perfume masculino embriagados que invadió mis fosas nasales.
-Hola-levanté mi vista para encontrarme con aquellos ojos marrones tan característicos suyo-me llamo Leo.
-Collette-dije seria, para volver mi vista a mi propósito: las arterias del brazo. Sentí como colocaba su mano sobre la mía que estaba ocupada por un puntero metálico. Ya molesta lo miré fijo a los ojos-te importa…?-le pedí, haciendo hincapié en que me suelte.
-Perdón-me soltó-solo quería preguntarte en que clases estas?
-Anatomía-sentí su mirada sobre mí-solo curso esa materia por ahora-noté como me miraba impresionado-quiero estudiar pediatría-me impresioné de mí misma, no tendría porque haber dicho eso último.
-Cirujano-me dijo con una pequeña sonrisa. Al verla, mi corazón dio un vuelvo, uno que a comienzos no quise admitir”.
Parte II:
“-Collette comerías hoy conmigo?-me giré para enfrentarlo.
-Lo lamento, tengo cosas que hacer-le respondí fríamente para luego retirarme del salón. Así fueron pasando los días y sus intentos de ser amable conmigo, aumentaron. Cada día me quería invitar a comer o a tomar algo, era simplemente frustrante. Finalmente en anatomía, tomó mi mano antes de que pudiera analizar la pierna que nos dio el profesor en la mesa, para a sus labios y besar la loma de esta.
-Qué quieres Leo?!-exclamé ya fuera de mis casillas.
-Solo que aceptes tomar algo, realmente me agradas, Collette-lo miré boquiabierta. Desde mi mejor y única amiga en la secundaria, nunca nadie había sentido aquel agrado por mí, nunca nadie se había querido acercar siquiera para conversar conmigo-solo quiero conocerte, tan malo es eso?
-No, solo que…
-Ok, no querés saber nada conmigo-soltó mi mano-lo entiendo o…trataré de entender…
-Leo! No es eso, solo que cuesta pensar, luego de tanto tiempo que a alguien le pueda agradar, que alguien me tenga en cuenta-dije bajando mi mirada hacia la pieza a analizar.
-Una oportunidad?-me preguntó sonriente.
-Ok, solo una-le devolví la sonrisa.
-La aprovecharé”
Así pasó el tiempo, nos volvimos grandes amigos, pero nunca pasamos a nada más. Creo que nunca ninguno se animó. Yo había terminado anatomía y ahora estaba en biología, clase que no compartía con él. Hacía mucho tiempo que no lo veía. Lo extrañaba, pero estaba segura que él a mí, no.
Me encontraba sentada en la vidriera de Starbucks tomando un café, cuando alguien se sienta frente a mí.
-Collette?-al escuchar aquella voz tan familiar, levanté mi vista-sos vos?-me dijo examinado cada centímetro de mi rostro.
-Leo-dije esbozando una sonrisa. Me acerqué a él para abrazarlo.
-Como has estado? Hace mucho que no nos hablamos.
-Bien, ocupada con los estudios, vos?
-Bien, conocí a una chica….-mi corazón se hizo un completo nudo-ella está estudiando para bioquímica, me está ayudando con algunas cosas…-en ese momento dejé de escucharle.
Parte III:
-Collette, estas bien?-me encontraba en el suelo. Noté como toda la gente a mi alrededor me miraba, como si fuera algo tan novedoso que alguien se desmaye.
-Sí, gracias-dije levantándome de a poco. Sentí que, para ayudarme, me tomaba de la cintura. Una mujer se acercó a nosotros.
-Estás bien?-yo asentí y ella miró a Leo-cuídala bien, chicas como ella ya no hay.
-Lo haré-le contestó.
-Hacen una hermosa pareja-dicho esto último se retiró hacia su mesa. Leo estaba perplejo y yo no me quedaba atrás.
-Quieres ir al parque un rato?-me interrogó.
-Claro-pagamos los cafés, en realidad, pagí ya que no me dejó a mí, y nos dirigimos hacia el parque. Al llegar nos sentamos en una banca.
La brisa hacía llegar a mis sentidos su varonil aroma, haciendo que todos mis sentidos colapsaran junto con mi sistema nervioso.
-Collette-posó su suave mano sobre la mía-hay algo que quiero preguntarte…en realidad, decirte.
-Sí?-giré mi cabeza para mirarlo fijo y esperar a que continuara para decirme lo peor: “me caso con ella”.
-Te amo-me helé. Esa no era la respuesta que esperaba sin lugar a dudas.
-Y t..tu..tu…novia-genial ahora era el premio número uno en tartamudeo.
-Ella es mi amiga, me vuelve loco todos los días con que te diga la verdad, que solo me alejé para olvidarte y que nunca pude…yo te amo…desde que te vi, me miraste de manera diferente, no como un chico lindo, sino…
-como un presumido-me miró-Leo yo…
-Ya sé nunca podrías…-pero no lo dejé continuar, tomé su rostro entre mis manos y lo besé. Sus suaves y carnosos labios eran exquisitos, para cualquiera que los probara. A comienzos mi reacción lo impresionó, para luego continuar mi beso.
{Un año después}
Estamos felices buscando departamento; hace exactamente un año que salimos. Leo es fantástico, un caballero. Luego de ese día, a la semana éramos novios y ahora, un año después, buscamos departamento para vivir.
Estábamos acostados en una manta mirando el cielo estrellado desde la terraza, mientras el acariciaba mi poco abultado vientre. Sí, hace tres meses que estoy embarazada. Somos una pareja de médicos que se enamoraron entre ellos. Es un amor dado gracias a la pasión por la medicina.
The End
by Hayley A.
No hay comentarios:
Publicar un comentario