lunes, 26 de octubre de 2009

Invisible



Cada vez que la ve caminar siente como su estómago da un vuelco, como se le acelera la respiración, como ella pasa por su lado sin verlo. Ser invisible no es siempre lo peor y él nunca se había quejado de eso, hasta ahora. Como deseaba que Mikeyla lo tuviera en cuenta, lo mirara...supiera lo que su corazón pide a gritos exclamar.
Hace una semana, la salvo de reprobar un exámen, pero ella sin siquiera agradecer se marchó con sus insensibles amigas, dejándolo solo hundido en sus cavilaciones. Quería que ella lo notara,`que lo viera y su oportunidad sería en aquel baile de fin de año. No tenía pareja y tampoco le importaba, solo quería verla.
Se acercó lentamente a ella, en su smoking rentado, ya que sus padres no podían comprar uno nuevo, y la invitó a bailar. Ella, sin reconocerlo y pensando en que hermoso era ese muchacho, aceptó sin pensarlo. La velada transcurrió totalmente inesperada para él, finalizando con un beso. Lo único que él no sabía es lo que sucederia al día siguiente. Se acercó a ella con una flor, pero solo recibió una cara de asco por su parte y un:
-¿Quién sos?-Se había olvidado: en ese lugar era invisible.

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