
Parte I
Para que casarme? Para que tener una mujer por el resto de mi vida cuando puedo tener a todas las que quiera. Si, esto es lo que pienso a la hora en la que Aly me pregunta porque no senté cabeza. Siempre discutimos por lo mismo. Ella es mi amiga desde siempre. Para ser más exacto, su madre fue compañera de parto de la mía cuando nació mi hermano de 21 años. Ella siempre estuvo a mi lado, nunca me despreció por nada. Se pescó enfermedades, como gripe, entre otras; solo por quedarse a cuidarme. Siempre fue mi mejor amiga, con quién compartí todos mis secretos. Ella sabe todos los trucos que empleo para conquistar a una mujer, pero nunca me importó ya que nunca la intentaría conquistar. Hacía seis meses que no nos veíamos, ya que ella se fue a estudiar diseño a París. Volvería mañana justo para la fiesta de David, uno de mis mejores amigos. Sus fiestas siempre eran las mejores para encontrar chicas apetecibles, por así decir. Me encontraba chateando con Aly, quién en su última línea me escribió algo que me llamó poderosamente la atención:
-“Espero que nos veamos mañana, tengo algo importante que contarte”-Al leer esto, una intriga se apoderó de mí, la cuál me decía que le insistiera a que me contara, ya que ella siempre que le insistía cedía y me contaba, pero esta vez, no lo logré. Esto me resultó frustrante, porque perdí sobre ella ese poder? Que le estaba pasando? Decidí no darle importancia y dirigirme hacia el boliche de esa noche: Moonlight shadow donde me encontré con Stella, una compañera de escuela y quién lucía encantadora esa noche. No hay que aclarar que pasó, sino lo que sucedió al otro día. Aquel suceso que me hizo dar cuenta de un grave error mío, uno que nunca me perdonaría.
Me desperté luego de una agitada noche, para encontrarme que me había quedado dormido, por lo que me apuré para llegar al aeropuerto, donde me encontré con una imagen para nada esperada frente a mí. Una chica de cabellera castaña ondulada, se estaba besando apasionadamente con un chico de pelo rojizo, quién la tenía tomada por la cintura y la pegaba a su torso. Aclaré mi garganta, haciendo que se separaran. Ella al verme, se acercó para abrazarme. Sentí como su perfume cítrico se impregnaba a mi ropa y era aspirado por mis fosas nasales. Le devolví el abrazo, deseando que ese momento nunca se acabara. Que me pasaba? Ella es solo mi amiga, mi confidente, nada más. Se separó para acercarse al pelirrojo de acompañante, quien se acercó a mi y me extendió su mano.
-Vos debes ser el mejor amigo de Alyson, no? ella me habló mucho sobre vos-noté como las mejillas de Aly se tornaban de un rosado intenso.
-Sí, el mismo, vos sos…?-dije estrechando su mano
-Chase, el novio de Aly-a esto último, una oleada caliente, de odio brotó en mi interior. Qué hacía Alyson con este?-nos conocimos en París.
-Si-dijo ella, sonriéndole coqueta a su novio-fue la noche que llegué, llovía y no encontraba taxi, por lo que fui caminando hasta el hotel, pero un automovilista me empapó al pisar un charco de agua con barro. Se bajó del auto y era Chase. Me ayudó con todo, pero claro, se tuvo que bancar mis insultos-dijo tomando la mano de su novio-hoy hay reunión en tu casa, no?-dijo mirándome
-Sí, mama está preparando todo para tu llegada.
-Ay cuanto extraño la comida de Denise, me encanta-dijo sonriendo. Aquella sonrisa suya que hace que mi corazón lata a mil por hora, que me falte la respiración que no sepa que hacer o decir cuando la miro. Ella sola provoca eso en mí.
-Vamos? Los alcanzo hasta tu casa?-le dije a Amy, quién miró a su novio para luego posar su vista en mí.
-Ehh…estamos esperando al chofer de Chase…lo siento, te iba a avisar, pero de seguro estabas en casa de alguna chica y no quería molestar….-esto último me descolocó. Molestar? No, ella nunca molestaría.
-Ok, bueno, nos vemos esta noche, no?
-Claro, a parte tenemos que anunciar algo-dijo mirando a su noviecito, quién la tomaba muy acarameladamente de la cintura, algo que me reventaba por completo. Salude a ambos y me dirigí hacia mi auto para volver a mi casa.
Las horas pasaron, hasta llegar a la hora de la cena, donde todo estaba perfecto hasta que Aly y Chase se pararon para decir su tan importante anuncio.
-Nos casamos-dijo mi amiga sonriente. En ese momento, mi mundo cayó a mis pies, rompiéndose en pedazos, pequeños fragmentos imposibles de unir. Porque me molestaba tanto que ella estuviera con él? Ella es solo mi amiga, nada más. O sí? Me estará gustando mi amiga de toda la vida? No puede haber nada entre nosotros, solo una amistad, ella conoce todo sobre mí, ninguna mujer en su sano juicio, al saber mis trucos y mis métodos saldría conmigo. Me excusé para levantarme y dirigirme escaleras arriba a mi cuarto. No quería salir de él, saber nada de nadie, menos de ella. Odiaba sentirme de esta manera, tan vulnerable, frágil, una cosa tan fácil de romper, era simplemente frustrante. Sentía como las lágrimas inundaban mi rostro, no podía impedir que cayeran, me era imposible. Me tumbé boca abajo para sumirme en un profundo sueño, donde ella era mi novia y les anunciábamos a mis padres que nos casaríamos. Ella a mi lado, tomada de mi mano y de a ratos besándome. Sí, solo un sueño.
-Vos debes ser el mejor amigo de Alyson, no? ella me habló mucho sobre vos-noté como las mejillas de Aly se tornaban de un rosado intenso.
-Sí, el mismo, vos sos…?-dije estrechando su mano
-Chase, el novio de Aly-a esto último, una oleada caliente, de odio brotó en mi interior. Qué hacía Alyson con este?-nos conocimos en París.
-Si-dijo ella, sonriéndole coqueta a su novio-fue la noche que llegué, llovía y no encontraba taxi, por lo que fui caminando hasta el hotel, pero un automovilista me empapó al pisar un charco de agua con barro. Se bajó del auto y era Chase. Me ayudó con todo, pero claro, se tuvo que bancar mis insultos-dijo tomando la mano de su novio-hoy hay reunión en tu casa, no?-dijo mirándome
-Sí, mama está preparando todo para tu llegada.
-Ay cuanto extraño la comida de Denise, me encanta-dijo sonriendo. Aquella sonrisa suya que hace que mi corazón lata a mil por hora, que me falte la respiración que no sepa que hacer o decir cuando la miro. Ella sola provoca eso en mí.
-Vamos? Los alcanzo hasta tu casa?-le dije a Amy, quién miró a su novio para luego posar su vista en mí.
-Ehh…estamos esperando al chofer de Chase…lo siento, te iba a avisar, pero de seguro estabas en casa de alguna chica y no quería molestar….-esto último me descolocó. Molestar? No, ella nunca molestaría.
-Ok, bueno, nos vemos esta noche, no?
-Claro, a parte tenemos que anunciar algo-dijo mirando a su noviecito, quién la tomaba muy acarameladamente de la cintura, algo que me reventaba por completo. Salude a ambos y me dirigí hacia mi auto para volver a mi casa.
Las horas pasaron, hasta llegar a la hora de la cena, donde todo estaba perfecto hasta que Aly y Chase se pararon para decir su tan importante anuncio.
-Nos casamos-dijo mi amiga sonriente. En ese momento, mi mundo cayó a mis pies, rompiéndose en pedazos, pequeños fragmentos imposibles de unir. Porque me molestaba tanto que ella estuviera con él? Ella es solo mi amiga, nada más. O sí? Me estará gustando mi amiga de toda la vida? No puede haber nada entre nosotros, solo una amistad, ella conoce todo sobre mí, ninguna mujer en su sano juicio, al saber mis trucos y mis métodos saldría conmigo. Me excusé para levantarme y dirigirme escaleras arriba a mi cuarto. No quería salir de él, saber nada de nadie, menos de ella. Odiaba sentirme de esta manera, tan vulnerable, frágil, una cosa tan fácil de romper, era simplemente frustrante. Sentía como las lágrimas inundaban mi rostro, no podía impedir que cayeran, me era imposible. Me tumbé boca abajo para sumirme en un profundo sueño, donde ella era mi novia y les anunciábamos a mis padres que nos casaríamos. Ella a mi lado, tomada de mi mano y de a ratos besándome. Sí, solo un sueño.
Parte II
-Hijo anda a desearle suerte a Aly, hoy es su gran día-me dijo mi madre al ver que ya estaba listo para a boda. Mi cara era de velorio, ni una gota de feliz había en ella. Miré de mala gana a mi madre pero no discutí, me dirigí hacia la habitación del hotel donde Aly estaba esperando hasta que sea la hora de caminar hacia el altar. Hora que no quería que llegara nunca. Al llegar, toqué dos veces para luego escuchar su voz dando la orden de que pasara. Al verme se heló. Antes de que pudiera emitir sonido alguno, me adelanté para hablarle.
-Te deseo mucha suerte….amiga-le dije intentando sonreír, pero solo me salió una mueca.
-Que sucede? Desde que volví estás actuando raro, no me hablas como antes…cambiaste Joe, mucho…es raro en vos eso…nunca estuviste así…cuando éramos chicos decías….
-que el día de tu boda sería el primero en felicitarte y te entregaría al novio, lo sé-dije completando su frase al momento en que recordaba el pasado. Como puede ser que haya sido tan tonto? Tantas mujeres…tantas…cuando la indicada estaba frente a mí y como un ciego no la vi ni la supe aprovechar.-Entonces? Que pasó? No crees que Chase sea el indicado?-yo la miré, pero no emití sonido alguno. No la verdad, el no te merece…pero yo tampoco. No te vi cuando te tenía frente mío y ahora ya es tarde. Chase fue más inteligente que yo y no te dejó ir. Si tan solo me hubiera dado cuenta….-Joe, espero respuesta! Que es lo que te pasa? Últimamente estas actuando muy raro, más que nada cuando nombraba los preparativos de la boda, que te sucede?!-no aguanté más y la besé. Note como al principio se helaba frente a mí actuar, pero al poco tiempo se dejó llevar y me devolvió el beso, colocando sus brazos en mi cuello. No podía dejar de besar aquellos carnosos y rosados labios, eran como una droga para mí. Pero en ese momento apareció mi conciencia. Joe! Estás besando a la novia! Soltala mirá si entra alguien y los ve, sabés que esto le va a traer muchos problemas a ella…mi conciencia tenía razón, por lo que empecé, pero terminé también el beso. Al separarme, ella me miraba con los ojos abiertos como platos y se había quedado completamente helada.
-Aly? Estás bien?-note que se alejaba de mi cuerpo, solo unos centímetros, porque la tenía tomada por la cintura y no la pensaba soltar.
-Te deseo mucha suerte….amiga-le dije intentando sonreír, pero solo me salió una mueca.
-Que sucede? Desde que volví estás actuando raro, no me hablas como antes…cambiaste Joe, mucho…es raro en vos eso…nunca estuviste así…cuando éramos chicos decías….
-que el día de tu boda sería el primero en felicitarte y te entregaría al novio, lo sé-dije completando su frase al momento en que recordaba el pasado. Como puede ser que haya sido tan tonto? Tantas mujeres…tantas…cuando la indicada estaba frente a mí y como un ciego no la vi ni la supe aprovechar.-Entonces? Que pasó? No crees que Chase sea el indicado?-yo la miré, pero no emití sonido alguno. No la verdad, el no te merece…pero yo tampoco. No te vi cuando te tenía frente mío y ahora ya es tarde. Chase fue más inteligente que yo y no te dejó ir. Si tan solo me hubiera dado cuenta….-Joe, espero respuesta! Que es lo que te pasa? Últimamente estas actuando muy raro, más que nada cuando nombraba los preparativos de la boda, que te sucede?!-no aguanté más y la besé. Note como al principio se helaba frente a mí actuar, pero al poco tiempo se dejó llevar y me devolvió el beso, colocando sus brazos en mi cuello. No podía dejar de besar aquellos carnosos y rosados labios, eran como una droga para mí. Pero en ese momento apareció mi conciencia. Joe! Estás besando a la novia! Soltala mirá si entra alguien y los ve, sabés que esto le va a traer muchos problemas a ella…mi conciencia tenía razón, por lo que empecé, pero terminé también el beso. Al separarme, ella me miraba con los ojos abiertos como platos y se había quedado completamente helada.
-Aly? Estás bien?-note que se alejaba de mi cuerpo, solo unos centímetros, porque la tenía tomada por la cintura y no la pensaba soltar.
-Joe desde cuando me besas?!-Oh oh, estoy en aprietos-justo el día de mi boda se te ocurre que te gusto?! Pues lo siento, yo avancé, así que ahora te toca a vos-yo con esto me helé. Avancé? Ella estaba enamorada de mí?
-Aly yo…te amo-ella se heló-perdón por no haberlo dicho antes, fui un ciego al no decírtelo y no verlo, no ver que la chica perfecta estaba frente a mí.
-Joe…yo….también te amaba, pero….nunca te diste cuenta, te cuidé porque te amaba con toda mi alma, el viaje a París fue para olvidarte y ahora que conocí a Chase te das cuenta de que me querés para algo mas que u amiga y la que escucha todo lo que haces con tus mujeres, lo siento-yo la miré-por más que me duela, no puedo estar a tu lado, no puedo dejar a Chase plantado, el me ama, como voy a saber si me amas de verdad? Nunca, yo sé que Chase me ama, pienso casarme con él. Mi lugar es a su lado-sus ojos se llenaron de lágrimas al igual que los míos-te amo Joe, pero lo nuestro nunca podría resultar-se soltó de mi y caminó hacia la puerta-por favor, retírate-me retiré sin emitir palabra alguna, pero sabía que por mi ceguedad la había perdido, para siempre. La única mujer a la que realmente amé, la que hoy en este soleado día se casa con otro, la que hoy va a caminar en el altar para jurar frente a dios su amor por Chase, la que me pertenece pero ya no lo va a hacer más. Caminé fuera de la iglesia, no la podía ver casarse, dar el sí. Subí a mi auto para dirigirme sin rumbo fuera de la ciudad, necesitaba estar solo, solo por un tiempo, para reflexionar que hacer con mi vida, como continuar sin Aly a mi lado, como salir adelante sin ella.
Parte III (Extra)
Había pasado un año de la boda de Amy con Chase. Ella era feliz con su esposo y yo era feliz con su felicidad. Hacía un año, cuando me marché que todo para mí había cambiado, ya no salía con toda mujer que pasara frente mío; hacía seis meses salía con una chica mexicana, con quién nos llevábamos muy bien. Ella era muy simpática y dulce, claro que nunca sería como Aly, pero ella logró llenar el vacío que Aly dejó al marcharse con su esposo. Su nombre era Mía, hermosa, su tez morena, su cabello negro y sus ojos marrones eran atrayentes. Su cuerpo, escultural y una dulce sonrisa. Era sin duda hermosa. Hoy era el día que la llevaría a casa para que la conozca mi familia y Aly estaría ahí con Chase. Al llegar, la presenté con mis padres y mis hermanos, para luego tomar asiento y comenzar con la cena. Aly de vez en cuando me miraba, pero estaba muy entretenida atendiendo a su esposo, quién se había lesionado un brazo jugando fútbol americano. Yo me dedicaba a mirar a Mía y pensar lo tonto que fui. Un ciego, sin lugar a dudas. No lo decía por Amy, ella supo como rehacer su vida, pero yo la rehice al conocer a Mía. Ella me ayudó a salir adelante, me apoyó y soportó lo desastroso que fui la primera vez que fui a su casa a conocer a su familia, todavía no puedo creer como aceptó salir conmigo después de lo mal que la traté al conocerla…..
{Flash back}
Un calor abrasador en San Diego, era imposible no buscar sombra, el sol parecía que te iba a chamuscar dejándote del color del carbón. Trabajar en una empresa, no era lo mejor pero mantenía mi tiempo ocupado para no pensar en mi amor perdido. Sí, no había podido sacar a Aly de mi mente, me era imposible. O eso creí, hasta que una cabellera azabache pasó a mi lado. Sí, una muchacha de unos 22 años estaba a mi lado en una cinta en el gimnasio. Era simplemente hermosa, su cabello azabache y sus ojos almendrados, sin duda preciosa. Estaba intentando hacer andar la máquina, pero al ver que no podía, se sentó en ella a esperar a que viniera el encargado. No sé porque, en ese momento sentí la necesidad de acercarme a ella, de saber su nombre, de verla más de cerca, de sentir su aroma. Pero que me pasa? Desde Aly que no siento nada así, pero no se puede negar que las mexicanas son lindas, en sí las latinas lo son. Decidí que ya era hora de avanzar, si Aly lo había hecho, yo también podía, por lo que descendí de mi máquina y me acerqué a ella, recordando los pasos para conquistar a una chica. La regla es: de a poco, todo a su debido tiempo. Ella miraba ausente la pared llena de espejos que estaba tras nuestro, por lo que al hablarle noté como se sobresaltó.
{Flash back}
Un calor abrasador en San Diego, era imposible no buscar sombra, el sol parecía que te iba a chamuscar dejándote del color del carbón. Trabajar en una empresa, no era lo mejor pero mantenía mi tiempo ocupado para no pensar en mi amor perdido. Sí, no había podido sacar a Aly de mi mente, me era imposible. O eso creí, hasta que una cabellera azabache pasó a mi lado. Sí, una muchacha de unos 22 años estaba a mi lado en una cinta en el gimnasio. Era simplemente hermosa, su cabello azabache y sus ojos almendrados, sin duda preciosa. Estaba intentando hacer andar la máquina, pero al ver que no podía, se sentó en ella a esperar a que viniera el encargado. No sé porque, en ese momento sentí la necesidad de acercarme a ella, de saber su nombre, de verla más de cerca, de sentir su aroma. Pero que me pasa? Desde Aly que no siento nada así, pero no se puede negar que las mexicanas son lindas, en sí las latinas lo son. Decidí que ya era hora de avanzar, si Aly lo había hecho, yo también podía, por lo que descendí de mi máquina y me acerqué a ella, recordando los pasos para conquistar a una chica. La regla es: de a poco, todo a su debido tiempo. Ella miraba ausente la pared llena de espejos que estaba tras nuestro, por lo que al hablarle noté como se sobresaltó.
-Hola-ella levantó su vista, mirándome con curiosidad-necesitas ayuda?
-Sí, por favor-dijo parándose de su lugar. Al hacerlo, se tropezó y cayó para adelante, por lo que la atajé antes de que tocara el piso lastimándose. Al sentir su cuerpo sobre mi epidermis, sentí como mi corazón dio un vuelvo y comenzó a latir rápidamente. La ayudé a volver a quedar de pié, para luego sentir como su vista se posaba sobre la mía, analizando cada rasgo mío. Por mi parte, me dediqué a acercarme a la maquina y así explicarle como era su utilización. Al terminar, me dirigí hacia la recepción para avisar que ya me iría, cuando sentí su voz a mi lado.
-Perdoname, como te llamas? Es que me ayudaste y ni siquiera se tu nombre….
-Joe, vos?
-Mía-dijo sonriente. Me dediqué a pagar y sin despedirme de ella, salir hacia el exterior, pero sentí como me seguía. Es que nunca se iba a cansar? Es que no entiende que no quiero nada con nadie? Que quiero estar solo? Noté que se acercó a mí para quedar a mi lado y amoldarse a mis pasos.
-Joe, gracias de verdad, perdón si soy molesta, pero…
-Lo sos, permiso-me retiré, dejándola con la palabra en la boca. Luego de un rato comencé a sentirme mal por todo lo que le había dicho, pero el error ya estaba cometido y no pensaba acercarme a arreglarlo. Los días siguientes, no la vi ni la logré divisar por entre los clientes, pero al pasar un tiempo, dejó de importarme. Así pasó un mes, exactamente un mes, pero ella no aparecía, por lo que me decidí y me acerque a la recepción para preguntar donde vivía o su teléfono. Luego de un rato de búsqueda, la logramos localizar. Me apuré para alcanzarla justo cuando salía de su casa.
-Mía!-noté que ella se daba vuelta sin poder creer que me estaba viendo a mí. Se acercó impresionada de que me estuviera dirigiendo a ella, para frenarse a metros míos.
-Joe? Que haces acá?
-Vine a pedirte perdón…perdón por lo que dije, no lo merecías, solo fuiste correcta y agradecida, perdoname por haberte tratado mal…en verdad soy malísimo en esto-ella ante este comentario se acercó a mi para quedar a solo centímetros su rostro del mío.
-Menos de lo que pensas-se acercó, acortando esa distancia entre ambos y uniendo nuestros labios. Al principio me helé, pero sin pensarlo dos veces, le devolví el beso con una pasión que creí nunca más volver a sentir. Desde ese día comenzamos a salir…desde ese día, mi vida cambió.
{Fin del flash back}
La comida transcurrió normalmente, por lo que me dediqué a mirar a mi novia todo el tiempo. Mientras ella ayudaba a mi madre, me dirigí hacia el jardín, donde la encontré a Aly. Me acerqué a ella, para sentarme a su lado.
-Aly, que pasa?-ella me miró. Sus ojos estaban llorosos.
-Joe, me olvidaste? Que pasó con el te amo? Con que era única y todo eso? Eran palabrerías solamente?
-Sí, por favor-dijo parándose de su lugar. Al hacerlo, se tropezó y cayó para adelante, por lo que la atajé antes de que tocara el piso lastimándose. Al sentir su cuerpo sobre mi epidermis, sentí como mi corazón dio un vuelvo y comenzó a latir rápidamente. La ayudé a volver a quedar de pié, para luego sentir como su vista se posaba sobre la mía, analizando cada rasgo mío. Por mi parte, me dediqué a acercarme a la maquina y así explicarle como era su utilización. Al terminar, me dirigí hacia la recepción para avisar que ya me iría, cuando sentí su voz a mi lado.
-Perdoname, como te llamas? Es que me ayudaste y ni siquiera se tu nombre….
-Joe, vos?
-Mía-dijo sonriente. Me dediqué a pagar y sin despedirme de ella, salir hacia el exterior, pero sentí como me seguía. Es que nunca se iba a cansar? Es que no entiende que no quiero nada con nadie? Que quiero estar solo? Noté que se acercó a mí para quedar a mi lado y amoldarse a mis pasos.
-Joe, gracias de verdad, perdón si soy molesta, pero…
-Lo sos, permiso-me retiré, dejándola con la palabra en la boca. Luego de un rato comencé a sentirme mal por todo lo que le había dicho, pero el error ya estaba cometido y no pensaba acercarme a arreglarlo. Los días siguientes, no la vi ni la logré divisar por entre los clientes, pero al pasar un tiempo, dejó de importarme. Así pasó un mes, exactamente un mes, pero ella no aparecía, por lo que me decidí y me acerque a la recepción para preguntar donde vivía o su teléfono. Luego de un rato de búsqueda, la logramos localizar. Me apuré para alcanzarla justo cuando salía de su casa.
-Mía!-noté que ella se daba vuelta sin poder creer que me estaba viendo a mí. Se acercó impresionada de que me estuviera dirigiendo a ella, para frenarse a metros míos.
-Joe? Que haces acá?
-Vine a pedirte perdón…perdón por lo que dije, no lo merecías, solo fuiste correcta y agradecida, perdoname por haberte tratado mal…en verdad soy malísimo en esto-ella ante este comentario se acercó a mi para quedar a solo centímetros su rostro del mío.
-Menos de lo que pensas-se acercó, acortando esa distancia entre ambos y uniendo nuestros labios. Al principio me helé, pero sin pensarlo dos veces, le devolví el beso con una pasión que creí nunca más volver a sentir. Desde ese día comenzamos a salir…desde ese día, mi vida cambió.
{Fin del flash back}
La comida transcurrió normalmente, por lo que me dediqué a mirar a mi novia todo el tiempo. Mientras ella ayudaba a mi madre, me dirigí hacia el jardín, donde la encontré a Aly. Me acerqué a ella, para sentarme a su lado.
-Aly, que pasa?-ella me miró. Sus ojos estaban llorosos.
-Joe, me olvidaste? Que pasó con el te amo? Con que era única y todo eso? Eran palabrerías solamente?
-Como podes decir eso?! Vos te casaste a sabiendas que yo te amaba-sus ojos al oír esta última palabra se abrieron de par en par-sí, cuando por fin logré avanzar, conocí a alguien que me brindara amor y aceptara el mío se te ocurre que me querés y te molesta cuando ella es presentada a mi familia?
-Joe, que me haya casado con Chase no quiere decir que no te ame, solo que no supe en ese momento que hacer…no sabía como reaccionar.
-Aly, no voy a ser tu amante si eso es lo que querés…yo estoy con Mía…
-La amas?-en ese momento noté la presencia de mi novia en el marco de la ventana escuchando todo lo que hablaba yo con Aly. A decir verdad, esta pregunta me sorprendió, pero pensé claramente y respondí:
-Joe, que me haya casado con Chase no quiere decir que no te ame, solo que no supe en ese momento que hacer…no sabía como reaccionar.
-Aly, no voy a ser tu amante si eso es lo que querés…yo estoy con Mía…
-La amas?-en ese momento noté la presencia de mi novia en el marco de la ventana escuchando todo lo que hablaba yo con Aly. A decir verdad, esta pregunta me sorprendió, pero pensé claramente y respondí:
-si, la amo-Aly me miró con mala cara, mientras yo me acerqué a Mía y tomé su mano-Mía, te casarías conmigo?-se soltó de mi mano para salir corriendo. Al poco tiempo la tenía frente a mí. Sus ojos estaban llorosos y la notaba nerviosa.
-Sí, Joe, te amo más que a nada, aunque hayas sido al principio ciego al verme y me trataste mal, me hiciste amarte como nadie lo ha hecho, de una manera dependiente-se acercó y me abrazó-te necesito a mi lado-levantó su rostro y me miró fijo a los ojos-sí, quiero casarme con vos-acerqué mi rostro al suyo para besarla apasionadamente. Ya no importaba si Aly los veía, ella se había casado con Chase, yo no era su segundo hombre, eso sería desprestigiar mi amor por ella, por lo que busqué otra ruta, la cuál empecé a ciegas, pero encontré mi luz. Aquella luz llamada Mía.
~The End~
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